miércoles, 3 de noviembre de 2021

¿Qué es la ‘ansiedad matemática’ y cómo se coló en las aulas?

Sofía García-Bullé
El recurrente bajo rendimiento en matemáticas podría tener una raíz psicológica.

 

La ‘ansiedad matemática’ se define como la falta de confianza del estudiante en sus habilidades para aprender matemáticas y resolver problemas de esta materia. No es un trastorno de aprendizaje, pero puede llegar a tener los mismos alcances de uno.

Un alumno con ‘ansiedad matemática’ puede experimentar desde nerviosismo o incomodidad, hasta bloqueos de la memoria de trabajo del cerebro lo que detona un ciclo de bajo rendimiento en la materia.

El discurso de que las matemáticas son difíciles y que solo los alumnos con talento superior, habilidades especiales o intereses peculiares pueden aprenderlas, convierte al aprendizaje de las matemáticas en una especie de club de élite que deja fuera al grueso de la población estudiantil.

El problema es tan prevalente que el Fondo para la Ansiedad Matemática fue creado en Inglaterra para ayudar a niños y adultos en esta situación. La asociación inglesa afirma que el 25 % de los alumnos de 11 años están por debajo del desempeño esperado en niños de esta edad debido a la ansiedad matemática y más de un tercio de los estudiantes entre 15 y 24 años experimentan nerviosismo al momento de mostrar sus resultados en ejercicios matemáticos.

Si se trata de una dificultad tan diseminada en nivel de desempeño de los estudiantes, quizás no estemos hablando de un problema de aprendizaje, sino de enseñanza.

Las matemáticas son una ciencia exacta, la enseñanza no

La idea de que las matemáticas son difíciles no viene solamente de los alumnos con bajo rendimiento, la forma en que se enseña la materia también influye significativamente. Según datos del Fondo para la Ansiedad Matemática, el 80 % de los adultos no está familiarizado con el término.

Esta limitación de conocimiento causa que identifiquen el bajo rendimiento de los alumnos como falta de habilidad o trastornos de aprendizaje, cuando en realidad, la explicación podría ser más simple:

En las matemáticas solo hay una respuesta correcta y una equivocada, por eso la gente se siente ansiosa, tienen miedo de verse como tontos

Celia Hoyles, profesora de matemáticas en el University College de Londres (UCL), describe la raíz de la ansiedad matemática y llama a reflexionar sobre el peligro de asociar el fallo o la equivocación, con el nivel de habilidad.

Las matemáticas, como cualquier otro campo de conocimiento, no se dominan a base de la perfección, sino del trabajo constante y la apertura a seguir aprendiendo cuando llega información nueva y de los propios errores. Bajo este contexto, la enseñanza y el aprendizaje de las matemáticas son una disciplina social, no una ciencia exacta.

Puede que el ejercicio de las matemáticas se base en las habilidades de la exactitud y la lógica, pero su enseñanza y entendimiento requiere de habilidades como la comunicación, la creatividad y discernimiento. ¿Qué soluciones podemos generar partiendo de un acercamiento flexible y humano hacia el aprendizaje de las matemáticas?

El propósito de los números es humano

¿Para qué voy a usar esto? Es la pregunta más recurrente en las aulas de las clases de matemáticas. Problemas razonados, ecuaciones, operaciones fraccionarias… no hay maestro que pueda enseñar ninguno de estos temas sin tener al menos a un estudiante que dispare la pregunta, que, aunque parezca casual y demostrativa de la falta de interés, encierra entre líneas información mucho más valiosa.

Cuando un alumno hace esta pregunta no está cuestionando la validez de la materia, está buscando una forma de conectar con el aprendizaje de la misma. La mayoría de las personas con carreras que requieren habilidades matemáticas están ahí porque descubrieron su propia relación personal con las matemáticas.

El estadista al que le empezó a ir bien en clase cuando descubrió que los números le podían servir para medir la cantidad de personas con alguna desventaja social y contabilizar las causas para ayudar a resolver el problema; la programadora que comenzó a subir su promedio en matemáticas cuando se dio cuenta que los juegos que más disfrutaba se hacían a base de código; el ingeniero civil que se convirtió en estudiante destacado al percatarse que era el dominio de los números lo que le permitiría construir los puentes que amaba de niño. Tanto ellos, como todos nosotros, aprendemos más fácilmente aquello que conecta con nosotros a nivel cognitivo, emocional e intelectual.

Como docentes, decir que las matemáticas son difíciles y enseñarlas de una sola manera, pone una distancia que complica al alumno encontrar el propósito y gusto por aprenderlas; lo que puede reducir el número de personas con medio y alto rendimiento en la materia y limitar el número de profesionales que ejercen carreras en matemáticas.

La enseñanza de las matemáticas puede beneficiarse de un enfoque más humano, menos enclaustrado en las pruebas con tiempo límite o los problemas razonados y más dirigido como un objeto visual o musical, por ejemplo. Los patrones visuales y la rítmica pueden ser excelente aliados para entender la mecánica de los números.

Pero lo más importante es entender que el ejercicio de las matemáticas se trata de ser ingenioso, creativo, determinado, concentrado y capaz de aterrizar los números a propósitos que signifiquen algo. Las matemáticas nunca han sido el fin, sino más bien el medio para conocer, entender y medir una gran cantidad de cosas en nuestro mundo; quizás si las viéramos así, y no como esta materia extraña y difícil que nos da dolor de cabeza, tanto alumnos como docentes tendríamos menos miedo de invitarlas al aula.

 Referencia

Sofía García(28 de junio de 2019) ¿Qué es la ‘ansiedad matemática’ y cómo se coló en las aulas? Recuperado de https://acortar.link/BT1b8T




¿Tu alumno tiene problemas con las matemáticas? Puede tener discalculia

 Paulette Delgado

 Imagen 1. Si un alumno tiene dificultades con las matemáticas puede padecer de una discapacidad de aprendizaje llamada discalculia.

¿Qué es la discalculia? La discalculia o dificultad en el aprendizaje de las matemáticas (DAM), es una condición neurológica que dificulta la comprensión de las matemáticas y tareas que involucren las matemáticas. Muchas veces confundida como dislexia numérica o dislexia matemática, la discalculia es un trastorno de aprendizaje numérico donde las personas afectadas pueden enfrentar dificultades para entender desde los conceptos más básicos, como entender proporciones, que es más grande o que es más pequeño. Por ejemplo, si le muestran seis manzanas y tres naranjas, puede tener dificultades para determinar si hay más manzanas o naranjas. Aunque es fácil confundirlas, la dislexia es un trastorno del aprendizaje que comprende la dificultad para leer y es bastante común que un alumno sufra los dos trastornos. Un 50 % a un 60 % de los disléxicos también tienen problemas con las matemáticas. 

Los expertos calculan que un 3 % a un 6 % de la población padecen discalculia y existen diferentes niveles de discapacidad. En varios casos, los niños aprenden eventualmente a luchar con los números pero en otros, las tareas cotidianas como cocinar, comprar, salir a cenar o cualquier cosa que involucre números y matemáticas básicas, como calcular la propina, se les dificulta. Por otro lado, otras personas pueden no tener problemas con matemáticas básicas y mostrar signos de discalculia hasta más adelante en su formación, cuando se enfrentan a temas más complejos.  

La discalculia no tiene cura ni se trata de solo una  fase del alumno, es la manera en que su cerebro procesa las matemáticas. Debido a que la discalculia es una discapacidad de aprendizaje, lo mejor es apoyarse de expertos en el área para desarrollar mecanismos que lo ayuden durante toda su vida.

Signos y síntomas de la discalculia

En el libro The Dyscalculia Tool kit, la autora Ronit Bird y Understood.org aconsejan buscar las siguientes señales para determinar si una persona tiene problemas con las matemáticas:

  • Usa los dedos para contar o hacer procesos básicos

  • No recuerda procesos matemáticos básicos

  • Dificultad para manejar dinero, como constantemente entregar la cantidad equivocada

  • Problemas para decir la hora en un reloj analógico

  • Al igual que los disléxicos, problemas para identificar la derecha de la izquierda

  • Problemas con números secuenciales o patrones

  • No comprender conceptos como mayor o menor

  • Dificultad para asociar una palabra y el símbolo. Por ejemplo, que el número 4 es lo mismo que la palabra cuatro

  • Problemas para recordar las tablas de multiplicar u otros hechos matemáticos

  • No poder juzgar correctamente la velocidad o la distancia

Si bien para muchos la discalculia es simplemente alguien “malo para las matemáticas”, es importante señalar que este es un problema neurológico, al igual que la dislexia. Aunque no se saben las causas exactas, se cree que proviene de la estructura del cerebro y su funcionamiento. Puede ser una discapacidad de aprendizaje que se trae en los genes o en el desarrollo cerebral. Investigadores están buscando la manera de “reconectar” el cerebro para facilitar el aprendizaje de las matemáticas.

¿Cómo se diagnostica la discalculia?

Para saber si alguien padece de discalculia, se hacen evaluaciones que también pueden ayudar a identificar otros desafíos de aprendizaje y sus fortalezas. Las pruebas incluyen:

  • Contar: una de las pruebas más reveladoras. Aquí se le pide a la persona contar hacia atrás, contar puntos o completar ejercicios diseñados para ver cómo agrupan los números. La prueba se llama Batería de Prueba Neuropsicológica para el Procesamiento y Cálculo de Números en Niños o NUCALC (por sus siglas en inglés).

  • Dibujar formas: Las habilidades visuales y espaciales son parte esencial de las matemáticas, por lo que copiar formas o dibujarlas de memoria es otra prueba que ayuda a ver si una persona tiene discalculia. Si la niña, por ejemplo, tiene problemas para identificar un trapecio desde otro ángulo, esta es otra señal de que tiene problemas de aprendizaje numérico.

  • Observación: En ocasiones los expertos querrán ver al alumno en el salón de clases para ver cómo se desarrolla en su entorno escolar.

Aunque la dislexia se conoce más ampliamente y se habla más de ella, ambos trastornos pueden confundirse. La discalculia es un trastorno de aprendizaje que enfrentan muchos alumnos y adultos todos los días y que puede afectar el día a día de las personas. Contar con un diagnosis oportuna así como el apoyo de expertos y docentes, pueden ayudarlos a prosperar en la escuela, el trabajo y la vida.

¿Tu alumno tiene problemas con las matemáticas? Puede tener discalculia Recuperado de https://cutt.ly/2R3Rcoa

 

 

Impacto del aula invertida en un curso de matemáticas

 Rafael Benítez Medina y Jesús Grajeda Rosas

    Imagen 1. Aula Invertida

“Aula invertida es la metodología pedagógica que mejor se adapta a la “nueva normalidad educativa”. 

La pandemia provocada por el COVID-19 ha situado a las tecnologías digitales como parte esencial de los procesos de enseñanza y aprendizaje. Millones de estudiantes pasaron repentinamente de un entorno de aprendizaje presencial a uno virtual. Ante la inminente llegada de la “nueva normalidad educativa” la educación virtual será una de las estrategias que garanticen la continuidad de los programas académicos en las instituciones educativas. El aula invertida es una metodología de aprendizaje que se caracteriza por potencializar los espacios virtuales de aprendizaje, por lo tanto, es una de las metodologías que mejor se adapta a esta “nueva normalidad educativa”.

El aula invertida es una estrategia que invierte el entorno de aprendizaje tradicional. Los contenidos del curso se aprenden fuera del aula, mientras las tareas o actividades son implementadas durante la clase de manera colaborativa. Los estudiantes reciben los contenidos teóricos del curso a través de videos diseñados o supervisados por el profesor, permitiendo que durante la clase el profesor pueda implementar actividades de aprendizaje significativo y profundizar en los contenidos del curso.

Es muy común que al realizar una búsqueda en Internet revisemos el primer video que nos arroja la consulta. Esto mismo hacen los alumnos. Pero, ¿cómo pueden saber que lo que aparece en ese video es correcto? ¿De qué forma se aseguran de que sea justo lo que el profesor busca que aprendan? Ante esta problemática es necesario que el profesor supervise los videos que consultarán los alumnos como contenidos de la clase o cree materiales específicos para su curso donde aborde ejemplos contextualizados con un lenguaje apropiado a la formación profesional. En este artículo queremos evidenciar la utilidad que tiene para los alumnos que los temarios de matemáticas incluyan ligas de videos creados por los propios maestros.

“El uso de videos creados por los profesores y el método de aula invertida tienen un impacto favorable en los resultados de aprendizaje y el rendimiento de los estudiantes”.

Es importante recordar que el video es uno de los principales recursos en aula invertida, pero también se pueden utilizar otros recursos electrónicos como la función “compartir pantalla” de la aplicación Zoom, la metodología Storytelling, simulaciones, libros electrónicos y revistas electrónicas, entre otros.

En este artículo pretendemos fortalecer las investigaciones realizadas por Baki (2016), Barros & Martínez (2018), Jordán, Pérez, & Sanabria (2014); en las que se contrasta el rendimiento de los estudiantes cuando llevan un curso de forma tradicional con el rendimiento que logran los estudiantes mediante aula invertida.

A continuación, presentamos el trabajo de investigación que realizamos en un curso de matemáticas II para alumnos de licenciatura del Tecnológico de Monterrey.

  1. Creación de material audiovisual. Creamos videos suficientes para cubrir todo el curso. Para ello, utilizamos criterios como la redacción de los problemas, la definición de variables y la aplicación del problema, considerados en Grajeda & Benítez (2018). Los videos completos se pueden consultar en el canal de YouTube Matemáticas con Grajeda.

  2. Implementación del aula invertida en un grupo experimental. Los videos creados se utilizaron en el grupo experimental con la técnica de aula invertida. Todas las sesiones fueron muy similares. Les pedimos a los alumnos que en casa consultaran el video del tema de la siguiente clase, tomaran notas, hicieran un resumen o resolvieran los ejercicios que ahí se explicaban. En clase atendimos dudas sobre los videos y resolvimos ejercicios complementarios con los alumnos en el pizarrón. El tiempo restante de la clase era para que los alumnos practicaran lo aprendido y profundizaran en los temas.

  3. Contraste entre el aprovechamiento del grupo experimental frente al grupo de control. En diferentes momentos del curso medimos el desempeño de los alumnos en el grupo experimental y lo contrastamos con el desempeño del grupo de control. En ambos grupos el desempeño de los alumnos se midió a través de un examen de conocimientos, el rango de este examen fue de 0 a 100 y la calificación mínima aprobatoria de 70.

En un primer análisis usamos la mediana para interpretar los resultados. La imagen 1 muestra que la mediana del grupo experimental es mayor que la del grupo de control en las primeras cinco evaluaciones. Esto significa que el 50 % de las mejores calificaciones obtenidas por los estudiantes en el grupo experimental son mejores que el 50 % de las mejores calificaciones obtenidas por los estudiantes en el grupo de control.

Estos resultados son evidencia de que utilizar videos creados por los propios profesores para cubrir los contenidos disciplinarios del curso de matemáticas tiene un impacto favorable en el aprendizaje de los estudiantes.

Imagen 1. Valor mediano de los alumnos en las evaluaciones del curso.

Imagen 1. Valor mediano de los alumnos en las evaluaciones del curso.

Si observamos bien los resultados de la evaluación número seis (que es el examen final), no son consistentes con los resultados de las cinco evaluaciones del curso anteriores. ¿Cómo explicar este resultado? Es difícil probarlo, pero pensamos que se debe a comportamientos actitudinales de los alumnos. El examen final es una evaluación que se aplica una semana después de finalizar el curso y corresponde al 20 % de la calificación final, para este momento, el 39 % de los alumnos del grupo experimental llegaron aprobados al examen final mientras que en el grupo de control tan solo del 21 %. El resto de los alumnos puede hacer una estimación de lo que necesita obtener en el examen final para aprobar el curso. Esto produce un cierto relajamiento o desconcentración en aquellos alumnos que han obtenido buenas calificaciones durante el curso y una concentración o esfuerzo adicional en aquellos alumnos que no han obtenido buenas calificaciones y están obligados a realizar un buen examen final para poder aprobar el curso.

Consideramos que estas actitudes de relajamiento y concentración se reflejan en las evaluaciones del examen final y en cierta medida pueden explicar porque se invierten los resultados obtenidos en el grupo de control y el grupo tradicional.

La imagen 2 muestra un segundo análisis referente al rendimiento promedio de los alumnos. A excepción de la evaluación final, que como ya se mencionó anteriormente, tiene algunos aspectos actitudinales de los alumnos difíciles de medir; los alumnos del grupo experimental parecen tener un mejor rendimiento promedio que los alumnos del grupo de control.

Imagen 2. Desempeño promedio de los alumnos en las evaluaciones del curso.

Imagen 2. Desempeño promedio de los alumnos en las evaluaciones del curso.

A partir de estos resultados y análisis, podemos mostrar que el uso de videos creados por los profesores y el método de aula invertida tienen un impacto favorable en los resultados de aprendizaje y el rendimiento de los estudiantes.

La implementación de metodologías para el aprendizaje innovadoras y el uso de la tecnología, permite a los profesores diseñar soluciones para enriquecer el proceso de aprendizaje de nuestros alumnos. Los invitamos a explorar estas opciones en su práctica docente y a compartir sus resultados con el Observatorio de Innovación Educativa.

Acerca de los autores

Rafael Benítez Medina (rafael.benitez@tec.mx) es Licenciado en Física y Matemáticas con una Maestría en Matemáticas. Actualmente es profesor de planta del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, campus Santa Fe, el profesor Benítez ha participado como ponente en diversos congresos nacionales e internacionales de innovación educativa, cuenta con un artículo de investigación en el área de matemáticas y varias publicaciones de innovación educativa.

Jesús Grajeda Rosas (mc.jesusgr@tec.mx) es Maestro en Ciencias con especialidad en Matemática Educativa. Profesor de cátedra en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, Campus Santa Fe. Ha impartido ponencias a nivel nacional e internacional.

Referencias

Medina & Grajeda J. (20 de julio del 2020) Impacto del aula invertida en un curso de matemáticas Recuperado de https://acortar.link/K8MAuF

Baki K. (2016). The effect of using flipped classroom instruction on student’s achievement in the new 2016 scholastic assessment test mathematics skills in the United Arab Emirates (Master Thesis). United Arab Emirates University, United Arab Emirates

Barros V. y Martínez M. (2018). Aula invertida en la enseñanza del álgebra en la educación superior. Espirales. Revista interdisciplinaria de investigación.  2(13). 12-23.

Jordán C., Pérez M. y Sanabria E. (2014). Investigación del impacto en un aula de matemáticas al utilizar flip educación. Revista. Pensamiento matemático, 4(2). 9-22.

Grajeda J., Benítez R y Morales S. (2018). Reflexiones sobre el efecto del uso de videos direccionados en cursos de matemáticas para licenciatura en el Tecnológico de Monterrey. Memorias del Congreso Internacional de Innovación Educativa, 1652-1656.

Matemáticas con Grajeda. Recuperado el 27 de abril de 2020 de https://www.youtube.com/channel/UCX-9il8XGlV6kkrIVyTdWQQ

Reporte EduTrends (2014). Aprendizaje invertido. Observatorio de Innovación Educativa del Tecnológico de Monterrey.